El proceso de germinar semillas de marihuana está al alcance de todos los cannabicultores, ya sean expertos en la materia o no. Este método, de fácil y económica aplicación, permite reanudar el crecimiento de las semillas de marihuana después de un tiempo de reposo y maduración. Los elementos necesarios para germinar semillas de marihuana son agua, oxígeno y una temperatura estable para este proceso, ni muy alta ni muy baja.
Consejos a la hora de germinar semillas de marihuana
La primera cuestión que hay que tener en cuenta es el trato a las plántulas de la planta de marihuana. Durante la germinación, el agua vertida sobre las semillas entra totalmente en su interior hasta que llega al embrión. Con este proceso, las semillas se hinchan y aparece lo que se denomina germen, el cual da lugar a la plántula de marihuana. Esta pequeña planta es de gran sensibilidad, es decir, se puede romper con mucha facilidad. Por ello, es primordial tratarla con cuidado. Es más, los cannabicultores expertos recomiendan no manipular estas plántulas hasta que no alcancen los 5 o 10 milímetros.
Las semillas de marihuana necesitan agua para su germinación pero cuidado con la cantidad. No es recomendable abusar de este líquido, ni tampoco de fertilizantes y abonos, al menos durante las primeras tres semanas. ¿Por qué? La respuesta está en que estos abusos de nutrientes podrían quemar a las plantas de marihuana.
Un tercer consejo es tener paciencia. No existe un periodo concreto de tiempo para la germinación de las semillas de marihuana. Por ello, la paciencia es la mejor aliada para no cometer errores o poner fin al proceso antes de tiempo.
Método para germinar semillas de marihuana
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Germinación casera
El proceso de germinar semillas de marihuana se puede hacer directamente desde casa. En esta circunstancia resulta muy útil introducir las semillas de cannabis en un vaso de agua y dejarlas reposar dentro durante unas horas e, incluso, durante un día entero. De esta forma, la cáscara se reblandece y la germinación se vuelve más fácil.
Otro método popular en la germinación de semillas de marihuana es la utilización de papel de cocina húmedo. Este método es el que recomendamos. Consiste en dejar las semillas sobre un trozo de papel absorbente o de un algodón, siempre húmedos, para que tengan un suministro de humedad constante. Si en algún momento el papel se fuese quedando seco, solo sería necesario añadir unas gotitas de agua sobre el mismo. No obstante, las semillas nunca tienen que estar empapadas, simplemente húmedas para favorecer que las raíces de las mismas salgan en busca de agua y así el proceso sea más rápido. Por el contrario, si las semillas están secas es probable que la raíz muera.
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Germinación en métodos de cultivo
Una segunda forma de germinar semillas de marihuana es hacerlo directamente sobre un medio de cultivo (sustrato). En estos casos, se deberá haber sumergido a las semillas en agua durante unas horas. Después, se colocan las semillas directamente sobre la tierra y se plantan a una profundidad de alrededor de 5 o 10 milímetros. La idea es no introducirla muy debajo, para que pueda salir a la luz con gran rapidez y comenzar el proceso de crecimiento. También se hace así para que no acabe pudriéndose, si el sustrato se encuentra húmedo durante un largo periodo de tiempo. Cuando la superficie esté seca es entonces cuando se deberá echar agua a las semillas de marihuana. Si se vierte antes se podría matar a las raíces.
Para germinar las semillas de marihuana con este método es necesario crear un pequeño hueco sobre la tierra e introducir rápidamente la semilla para presionarla, posteriormente, e introducirla en el sustrato. A continuación, se cubrirá con una fina capa de tierra y se le echará un poco de agua, unos 10 milímetros. Éste es uno de los métodos más útiles para no provocar estrés en las semillas y permitir a las raíces encontrar su camino entre el sustrato para comenzar a crecer.
Tanto en este método como en el anterior, la temperatura a la que debe estar sometida la germinación de las semillas de marihuana es entre los 20 y 25 grados. Para crear este clima se puede usar una manta eléctrica o calentadores, si fuera necesario.
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Germinación en lana de roca
La lana de roca se suele vender en placas o directamente sueltas. Una vez obtenido este material, se colocan las semillas de cannabis dentro de los bloques de lana de roca y se riegan con bastante agua para estimular a las raíces. El siguiente paso es dejar las semillas, todavía dentro de los bloques, en una cubeta de plástico que tenga la tapa en forma de cúpula para que el agua se mantenga en una buena altura y no se tenga que estar añadiendo agua constantemente, solo cuando las plantas comiencen a brotar. Posteriormente, se dejará la cubeta dentro de un armario con una temperatura cálida. Después de dos o tres días, las semillas comenzarán a germinar.
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Germinación con turba o Jiffy de invernaderos
Se podría decir que esta es la forma tradicional para germinar semillas de marihuana. Además, resulta un método muy económico y de gran facilidad. Se realiza dentro de una turba o jiffys, en un invernadero. Son sistemas que ya están preparados para la germinación, por lo que las características de los mismos junto a las condiciones climáticas y de espacio de los invernaderos facilitan que el proceso de germinación se produzca por sí solo.
¿Qué hacer después de la germinación?
Es fundamental someter a las plantas a una gran cantidad de luz para ofrecer la energía necesaria para que crezcan rápidamente. El proceso de crecimiento comenzará pasadas las dos semanas aproximadamente. Cuánto más hojas produzcan las plantas, más rápido crecerán, debido a que las hojas funcionan como paneles solares y, por lo tanto, atraen más luz y energía. A medida que las plantas crezcan, irán absorbiendo mayor cantidad de agua, por lo que será necesario regarlas más a menudo.
En cuanto a la alimentación, no se debe suministrar nada durante los primeros días, independientemente de cuál haya sido el proceso de germinación de las semillas de marihuana. Si la germinación ha sido en tierra, las plantas tendrán alimento al menos durante las dos primeras semanas, debido a que el sustrato es rico en nutrientes. No obstante, las propias plantas avisan de que necesitan alimentarse. Cuando las hojas se oscurecen es un indicador de que necesitan alimento. Si no nos percatamos de ello, las hojas se irán volviendo amarillentas pero en cuanto reciban alimento volverá rápidamente a su color original.
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